jueves, 28 de septiembre de 2017

Paz, educación, construir


«Puesto que las guerras nacen en la mente de los hombres, es en la mente de los hombres donde deben erigirse los baluartes de la paz»; esta es la declaración de los gobiernos (en nombre de sus pueblos) de los Estados Partes de la UNESCO en su Constitución.
Junto a esta declaración de intenciones se sitúa el Derecho Humano a la Paz, que hace posible una sociedad justa, equilibrada, en igualdad, solidaridad y tolerancia. Porque una sociedad que respeta los derechos humanos y fomenta la convivencia en paz, la democracia y la participación ciudadana teniendo en cuenta la diversidad cultural, es la base del progreso y desarrollo de las sociedades y, por tanto, de la evolución del ser humano.

Por el contrario, la marginación, la prepotencia, la injusticia, la desigualdad, la intolerancia o la indiferencia generan sociedades más proclives a la división y el enfrentamiento; a la violencia y al uso de la fuerza como remedio a sus conflictos. Seguramente, estas reflexiones ya las conocías; todos hemos observado en diversas ocasiones y contextos algún suceso violento, y puede que, en algunos casos, hasta lo hayas experimentado directamente. Entonces, ¿por qué, como ciudadanos, no somos proactivos y contribuimos a la construcción de una sociedad más justa y en paz diariamente?
La UNESCO, con la creación de la Red del Plan de Escuelas Asociadas (PEA), desde 1953 y aún vigente, trató de impulsar con la educación de los jóvenes y los niños una cultura de paz. Esta Red del Plan de Escuelas Asociadas está integrada por centros de Educación Infantil, Primaria, Secundaria, Formación Profesional o centros de formación de profesores en todos los continentes, y todos trabajan el compromiso con la paz y la comprensión entre las naciones.
Trabajar de una u otra forma por la paz y la no violencia es trabajar a favor de los derechos humanos, y es responsabilidad de quienes formamos la sociedad, pues somos corresponsables de lo que sucede en ella. Si, además, eres docente, tu compromiso es aún mayor, por lo que puede ser un reto plantearse proyectos, planes encaminados a potenciar una convivencia pacífica, en paz. Para ello, puedes apelar a tu creatividad para idear actividades. ¿Crees que nadar en un mar gélido puede contribuir a la paz y la concordia de los pueblos? ¿Cómo piensas que influye una orquesta multicultural en el respeto de las diferencias?

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