jueves, 28 de septiembre de 2017

La mediación escolar un beneficio para la comunidad educativa


En la actualidad, encontramos experiencias de mediación escolar en muchos países como consecuencia de su impacto positivo y de los beneficios que genera. La mayoría de los trabajos sobre este método coincide en que no se trata tanto de erradicar los problemas en el aula como de fomentar una oportunidad de desarrollo personal o una oportunidad de transformar la realidad de nuestro día a día a partir de los conflictos.

Algunas de las causas que llevan a los centros educativos a interesarse y desarrollar la mediación escolar son la existencia de un clima escolar negativo, donde tiene lugar un gran número de conflictos y la convivencia se ve seriamente afectada, o cuando se decide la mejora del Plan de Convivencia como una apuesta por mejorar la calidad de los procesos educativos.
No hay una única manera de introducir un modelo de mediación educativa en un centro; esta va a depender de cómo se quiera implantar, del tipo de formación previa que se dé a los profesores, alumnos o personas encargadas de llevarla a cabo, del nivel de implicación inicial de los interesados, del tiempo que se quiera dedicar a ello y del lugar en que se va a desarrollar, dentro del proyecto general de centro. En general, un servicio o programa de mediación escolar debe adaptarse a las necesidades de cada centro educativo y, por ende, a las características madurativas de los alumnos. Aunque no existe un consenso unánime de cuál es la mejor edad para que se utilice, se han realizado experiencias con alumnos de seis a ocho años que han demostrado una notable eficacia. Un factor clave para llevar a cabo la mediación es adaptar el proceso y el lenguaje utilizados al desarrollo evolutivo de los menores que son objeto del mismo.
La mediación educativa es un método de resolución de conflictos que pueden realizar tanto los profesores como los propios alumnos. Aunque tal vez la práctica de la figura del alumno mediador puede antojarse más compleja, probablemente es la que más beneficios obtenga de un programa de mediación, ya que promueve los comportamientos altruistas, el desarrollo del liderazgo, un mayor sentido de control en la toma de decisiones, el aumento la empatía con los demás (tanto respecto a los adultos como en la relación con sus iguales) e implica una forma de aprendizaje de la expresión emocional de sus problemas, sin la necesidad de la supervisión del adulto.
Otro de los requisitos a tener en cuenta en la implantación de la mediación es que se implique toda la comunidad educativa o, al menos, la mayoría de sus agentes; de lo contrario, puede ser muy  difícil su integración en la misma y su impacto claramente será menor. Por ello, podemos afirmar que no es fácil llevarla a cabo, ya que requiere el compromiso de los diferentes miembros de la comunidad educativa, tanto para ponerla en marcha como para mantenerla durante un período de tiempo prolongado.

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